Aprendiendo de los errores

Quisiera compartir que siempre soñé con tener mi propio negocio, así que empecé a ahorrar dinero y cuando junté cierto monto con lo que consideraba podía establecer un negocio, comencé a pensar sobre qué podría ser.

Un día, fui a cortarme el cabello y vi que tenía ese salón de belleza mucha, mucha gente y así entraban y salían por lo que inmediatamente pensé: “sí, de esto voy a poner mi negocio, un salón de belleza” y así puse manos a la obra. Comencé a investigar sobre los precios del mobiliario, materiales para cortar cabello, tintes, barnices, el lugar donde lo montaría, etc.

Otra de las ideas que tuve fue que las empleadas que contrataría fueran conocidas, así que las estilistas fueron la hija de una amiga de mi mamá y la amiga de una de mis hermanas porque pensé que entre conocidos iba a funcionar mejor.

Tal vez piensas que yo era una experta al haber decidido poner un salón de belleza, pues no, no tenía ni idea de cómo cortar un cabello, como aplicar un tinte, etc.

Nunca hice un plan de negocios. En cuanto junte el capital y se me vino la brillante idea de hacer el negocio empecé a llevarlo todo a la práctica. No documenté nada, no vi pros ni contras de establecerlo aquí o allá, de contratar a una persona que hiciera bien su trabajo y/o completamente ajena a mi o el contratar a algún amigo. Tenía prisa de montar el negocio, y así lo hice.

También una vez montado parte de los clientes eran amigos, familiares, gente que sabía que no la iba pasando bien y les aplicaba un descuento o no les cobraba el servicio, pero eso sí, yo semana con semana tenía que pagar a las chicas que trabajaban conmigo y al mes juntar para la renta. A estas alturas ya muchas se han de imaginar el resultado de este “negocio” y si el negocio no fue negocio. Tuvimos algunos clientes, pero los resultados no fueron los esperados.

Les quise compartir esta experiencia, “a ti que estás pensando emprender”, para que como dice mi papá puedas aprender hasta de lo malo.

Yo sé que muchas cosas que hice son las que nos dicen siempre que no debemos hacer, a mí me gano la emoción y pensé que a mí no me iba a pasar, sobre la marcha las iba a ir arreglando, pero por supuesto que no fue así.

Así que “Aprendamos de los errores”:

  1. Abre un negocio en algo que te apasione y para lo que seas buena. Considera hacer aquello que, si pasas horas y horas haciéndolo no te cansas, no te aburres, destacas entre todos, nunca pienses que, porque al vecino le fue bien a ti te ira mejor, al vecino le va bien probablemente porque es muy bueno en lo que hace, y aunque sea muy bueno, también al principio debió haber batallado y tuvo muchos tropiezos en el camino, pero supo ponerse de pie.
  2. Arma un equipo profesional no por amistad. Cuántas veces hemos escuchado esa frase “nunca mezcles amistad con el negocio” pues yo también pensé que yo podía cambiar esa frase, que entre conocidos las cosas funcionan mejor; que sería un mejor ambiente de trabajo, que todas nos esforzaríamos para que las cosas salieran bien, porque a mi parecer yo las hice sentir que entre todas lo habíamos montado, y sí, ellas me ayudaron a saber que marcas usar, muebles, cantidades, establecer precios, a comprar las cosas, montarlo, etc. Sin embargo, eso lo hizo más complicado porque cuando había un error, era más difícil llamarles la atención, por ese lazo de amistad, obviamente no tenían las mismas ganas de que ese negocio saliera adelante como las tenía yo, quien tenía la preocupación de que semana con semana debía pagarles a ellas y juntar mes con mes la renta, solamente era yo. Así que ésta es solo algunas de las razones porque no mezclar amistad con el negocio, no digo que esto nunca funcione, por supuesto que para algunos funciona, pero los roles deben estar bien claros desde el principio y claro que se vale, que alguna vez nos podremos valer del consejo y ayuda de un amigo, pero en lo personal lo que aprendí es que lo mejor es no mezclar amistad con el dinero.
  3. Que no te de miedo cobrar. A mi me daba pena cobrar a mis amigos, el cual fue un gravísimo error, para eso tenía mi negocio, aunque fuera mi amigo yo estaba dándole un servicio y él tenía que pagarlo, repito, no debemos confundir la amistad con el negocio, se me olvido muchas veces la frase “negocios son negocios”
  4. Haz tu plan de negocio. Ya sea un negocio chico o grande, uno de los primeros pasos es elaborar un plan de negocios, para ver hacia dónde queremos ir, cuál es mi público meta, cuáles son los resultados esperados, mi objetivo, etc. ver por escrito los pros y contras del negocio que quiero establecer y ver si será rentable la idea que tengo en mente, no solo establecerlo porque pienso que es un buen negocio, porque a mi vecino le fue muy bien a mí también me irá bien o mejor.

Si mientras me leías te identificaste o me juzgaste por cometer estos errores obvios de novata, te agradezco el que me leas. Porque seguramente hay más de una de ustedes buscando una oportunidad para emprender y con la prisa de la vida puedes caer en cometer estos errores que yo hice y no aprender en cabeza ajena. Todos queremos que nuestros proyectos florezcan y sean prósperos, pero sin duda hay pasos, procesos y formas de las cuales tenemos que tomar ventaja para sacar lo mejor de la experiencia. Que cualquier idea que quieras emprender en este año siempre encuentre en tu entusiasmo, la disposición de ser más ordenada y analítica de lo que yo fui con mi proyecto del salón de belleza. Sin duda una experiencia de la que yo aprendí y cosecharé aprendizajes hacia adelante.