Amasar el pan

El hombre más feliz que he conocido jugaba dominó todos los viernes y se llamaba Eduardo. Mi abuelo fue un hombre verdaderamente feliz porque así lo decidió cuando tenía 10 años. Don Eduardo era capaz de verle el lado bueno a cualquier situación, y de entender de la manera más sencilla aquellos placeres simples que la vida tiene escondidos en cada momento.

Durante las lecturas que hago para un curso de inteligencia y emoción, me topé con un video de la doctora en Psicología Laurie Santos, profesora universitaria, quien, entre otras cosas, ofrece un curso en línea llamado Psychology and the Good Life (La Psicología y la buena vida), el cual se convirtió en el curso más popular en la historia de Yale, tanto así que ahora lo ofrece la plataforma Coursera de modo gratuito. El curso incluye temas relacionados con el bienestar y el equilibrio, pero lo que más parece atraer la atención de la gente es el tema de la felicidad y de cómo alcanzarla; un tema tan complejo, pero a su vez tan realizable.

La doctora Santos ofrece las 5 claves para alcanzar la felicidad observadas en poblaciones o personas que han logrado ser felices. Entre ellas están el estar aquí y ahora, lo que significa estar realmente presentes en lo que hacemos y no pensar en el pasado o en el futuro. El segundo punto es el hacer cosas buenas por los demás, enfocar nuestra atención en cómo podemos ayudar al prójimo en vez de sólo pensar en nosotros mismos; la tercera, mantener un cuerpo sano al realizar por lo menos 30 minutos de actividad cardiovascular diaria; la cuarta, socializar, refiriéndose a tener interacciones aunque sean mínimas, desde saludar a alguien en alguna fila, hasta reunirnos con amigos para platicar; y la quinta y última, el ser agradecidos, este último punto haciendo énfasis en centrarnos en lo que sí tenemos y no en lo que nos falta por tener.

A causa del confinamiento generado por el COVID-19, muchos de nosotros hemos tenido que redefinir la manera en la que vivimos, algunos hemos hecho ajustes importantes, otros hemos perdido empleos, negocios, o peor aún, a algún conocido o familiar. Todas estas situaciones hacen que sea mucho más complicado aplicar todas las estrategias mencionadas por la doctora Santos; sin embargo, ella insiste en que la felicidad no es un estado de gozo permanente, sino un estado de bienestar generalizado el cual no esta ligado a situaciones particulares, sino a estados emocionales.

Ayer por la tarde por primera vez, me aventuré a hacer la masa para una pizza homemade o hecha en casa. Nunca se me había ocurrido que yo lo podría hacer ya que generalmente hago la comida con mucha prisa por el corto tiempo con el que cuento antes de regresar a trabajar o a recoger a alguno de mis hijos. El confinamiento me trajo esta oportunidad que antes no tenía. Al amasar lo que sería nuestra comida, me puse a pensar en la doctora Santos y sus 5 claves de la felicidad. Nunca pensé que el simple acto de preparar el pan fuera una acción que me brindara tanta felicidad. Agradecí ese momento tan sencillo de poder cocinar los alimentos de mi familia y el tener un tiempo que antes no tenía. Que placer tan simple y reconfortante, que aparte me permitió cumplir con algunos de los elementos clave de la felicidad.

Creo que todos saldremos diferentes después de esta pandemia, es imposible no voltear hacia adentro y darnos cuenta de la manera en la que hemos vivido y en la que ahora podemos decidir comenzar a vivir. Quizás pronto regresemos a la rutina anterior, quizás no, pero lo importante es que después de esto no dejemos de lado los aprendizajes recibidos durante este momento histórico que quizás nos enseña algunas claves para la felicidad. El desprendernos de lo que creíamos nuestro, como una simple salida a comer, quizás se ha vuelto un motivo de felicidad absoluta. Ojalá no dejemos que este momento pase inadvertido, ojalá no dejemos de darnos el tiempo de amasar el pan – lo que esto signifique para cada uno – o de jugar dominó los viernes, como lo hacía mi abuelo Eduardo, quien es sin duda, la persona más feliz y más sabia que he conocido.