Resiliencia

En los últimos años hemos escuchado mucho el término resiliencia. Pero, ¿qué significa esta palabra? ¿Por qué nos sirve saber acerca de este término? En psicología, la resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar o asumir con flexibilidad circunstancias traumáticas tales como la muerte de un ser querido, una pandemia, un accidente y poder sobreponerse a ellas.

La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades o situaciones difíciles que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y usan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.

¿Cómo podemos ser más resilientes?

La resiliencia no es una cualidad innata, no es un tema genético, aunque sí puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un “buen carácter”. La resiliencia es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida.

Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de resiliencia a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.

De hecho, las personas no nacen resilientes, se hacen, lo que significa que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentarse a los diferentes retos de la vida.

¿Cómo es o qué características tiene una persona resiliente?

  • Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones
  • Son creativas
  • Afrontan la adversidad con humor
  • Son flexibles ante los cambios
  • No intentan controlar las situaciones, sino sus emociones
  • Tienen actitud positiva y se rodean de personas que tienen esa misma actitud
  • Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender
  • Confían en sus capacidades
  • Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social
  • Afrontan la adversidad con humor
  • Practican el mindfulness o conciencia plena